martes, mayo 12, 2009

BLASFEMIAS A LA ORDEN DEL DÍA (2)



Blasfemias a la orden del día

Jorge Enrique Mújica
jem@arcol.org



Pero parece ser que no basta con prohibir y censurar, las ofensas también están a la orden del día.

Una blasfemia es una palabra gravemente injuriosa contra alguien. Es un agravio, ultraje y daño contra razón y justicia.

En una época donde se sigue enarbolando la fraternidad universal y la tolerancia incondicional, resulta extraño que las opiniones llenas de escarnio y atropello, muchas veces blasfemas, sí puedan seguir teniendo cabida mientras vayan contra la Iglesia católica.

A raíz de la visita que a inicios de febrero de 2009 hiciera el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano, a España, el escritor portugués José Saramago se desvivió en exabruptos contra el Estado Vaticano, el Papa, los obispos y la Iglesia católica en general.

En su blog, el escritor y premio Nobel afirmó que esos señores –los obispos– se suponen “investidos de un poder que sólo nuestra paciencia ha hecho perdurar […] Se dicen representantes de un Dios en la tierra (nunca lo han visto y no tienen mayor prueba de su existencia) y se pasean por el mundo sudando hipocresía por todos los poros”. Y más adelante continuó la arremetida: “Ante el lento pero implacable hundimiento de este Titanic que es la Iglesia católica, el Papa y sus acólitos, nostálgicos de un tiempo en que operaban de modo criminal, el trono y el altar, recurren e todos los medios […] para inmiscuirse en la gobernación de los países…”.

Las críticas de Saramago fueron contestadas, nada menos, por un reconocido protestante español, el también escritor César Vidal. En un artículo publicado por el diario La Razón (Cf. El exabrupto de Saramago, 10.02.2009), Vidal decía: “…Saramago hace referencias a la Inquisición y a las ventajas fiscales del clero. No creo que existan ya católicos que defiendan la Inquisición, pero Saramago aún no entona el “mea culpa” por su apoyo al comunismo que se llevó por delante cien millones de vidas en el siglo pasado. Por lo que se refiere al privilegio fiscal, durante años me pregunté por qué Saramago no vivía en su país de origen y tributaba ahí para bien de sus compatriotas”.

A mediados de febrero de 2009, el canal 10 de la televisión israelí emitió un programa blasfemo donde ridiculizaba a las dos figuras más queridas por todos los católicos: Jesucristo y la virgen María. Al respecto, el portavoz de la Santa Sede deploró ese acto ofensivo de intolerancia vulgar y ofensiva para el sentimiento religioso de los creyentes.

Por las mismas fechas, el padre Tony de la Torre, sacerdote católico de la iglesia de St. Philip the Apostle, en San Francisco, denunció la venta de veladoras con la imagen de Barak Obama, caracterizado como san Martín de Porres. “Me llama la atención –afirmó el padre Tony en el boletín de su parroquia– que en un vecindario familiar, algún vendedor tenga algún tipo de odio como para llevar tal mercancía sólo para ganar unos dólares”. “Esto es sólo por diversión”, afirmó uno de los dueños del negocio donde se vende la veladora, en declaraciones recogidas por Catholic News Agency (Cf. 18.02.2009).

Según el jefe de la oficina de prensa del Consejo Nacional de Investigación Italiano (CNR), Marco Ferrazoli, en Italia también ha crecido la intolerancia hacia el Papa y la jerarquía de la Iglesia.

Prueba de ello es la imposibilidad para que Benedicto XVI ofreciera su lectio magistralis en la universidad de La Sapienza y las amenazas de muerte contra el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Angelo Bagnasco por sus opiniones sobre la homosexualidad.

Pero no es todo. A mediados de marzo de 2009 se ensambló una “muestra de arte” titulada Sacred Love, en la ciudad de Nápoles. En esa muestra, Sebastián Deva presentaba a un Cristo sobre la cruz envuelto en un preservativo. Esa y todas las demás obras fueron retiradas por órdenes del síndico de la ciudad quien declaró: “Cuando falta la inspiración artística, se trata de hacer hablar de sí aunque con operaciones de pésimo gusto y que no respetan el sentimiento religioso de los ciudadanos”.

El 31 de marzo de 2009 el canal de televisión español Antena 3 proyectó una película de calado cariz anticatólico. Se tituló Los Borgia. Amén de las críticas cinematográficas que no le merecieron ningún elogio, el padre José Antonio Fortea comentó en su blog las tristes impresiones que le produjo el bodrio: “Una vez más observamos que Antena 3 no ofrece ni el más mínimo espacio de sus programas a reportajes para hablar de algún aspecto positivo del cristianismo, pero sí que está dispuesta a gastar grandes cantidades de dinero para atacar a la Iglesia”.

A raíz de las palabras del Papa en el vuelo a África, el periódico francés Le Monde publicó unas caricaturas que presentan a Jesucristo repartiendo profilácticos desde una barca a una multitud excitada. La blasfemia estaba acompañada de un texto que decía: “Después de la multiplicación de los panes, la multiplicación de los preservativos”. En la imagen aparece también una caricatura del Papa representado decrépitamente. Una editorial también criticó ampliamente la postura de Benedicto XVI.

A inicios del mes de abril de 2009, el líder de un grupo pseudo religioso que rinde culto a una calavera vestida de novia, en México (el así conocido culto a la “santa muerte”), lanzó un llamamiento a sus seguidores, para una “guerra santa” contra la Iglesia católica a la que juzga culpable de la destrucción de varios de sus centros de culto por parte del ejército mexicano.

El ejército mexicano considera que estos lugares funcionan como centro de reunión para criminales y, además, eran ilegales. El lunes 4 de abril de 2009, los seguidores de la “santa muerte” se manifestaron frente a la catedral metropolitana de ciudad de México cargando imágenes o figuras de la calavera. “Nadie tiene derecho a llamar a una guerra, a una sedición, a un motín –declaró el vocero de la arquidiócesis de México, padre Hugo Valdemar–; hasta donde tengo entendido eso es un delito”.

A mediados de mayo de 2009 saldrá en cine la precuela de la producción anticristiana, El Código Da Vinci. Se trata de la película Ángeles y demonios, basada en una novela de ficción de Dan Brown, dirigida por Ron Howard y protagonizada por Tom Hanks. La Catholic League de Estados Unidos ya alzó la voz para alertar a todos los cristianos de este nuevo filme que ataca con falsedades y ofensas a la Iglesia católica.

Algunos comentaristas han criticado ya no nada más la trama llena de virulencia y difamación anticristiana sino también la poca ética que tuvieron los realizadores al entrar al Vaticano sin permisos y realizar grabaciones a escondidas para la película misma.

Para mediados de septiembre de 2009 está previsto el lanzamiento de otra parte de El Código Da Vinci, según un anuncio de la editorial Knopf Doubleday Publishing Group. Se titulará El símbolo perdido (The lost symbol) y la línea de tergiversaciones, mamporreros y difamaciones contra la Iglesia católica sigue siendo el hilo conductor.