martes, agosto 29, 2006

Ni un solo divorcio


Os traigo una bonita historia, ahora, que los agoreros solo proclaman que el matrimonio está en crisis, y que el Verano es el que mas genera separaciones.
Yo créi que lo que mas genera separaciones, es el poco entendimineto y el egoismo, ademas de otras muchas cosas mas.

Ahí va:

Autor: Sr. Emmanuel Traducción, Padre Jordi Rivero | Fuente: Marian Observer
¡Ni un solo divorcio!

El secreto es el poder de la Cruz



¡Ni un solo divorcio!

El pueblo de Siroki-Brijeg en Herzegovina tiene una maravillosa distinción: ¡nadie recuerda que haya existido un solo divorcio entre sus 13,000 habitantes! ¡Tampoco se recuerda un solo caso de familia rota!

El secreto de Herzegovina es sencillo: Los habitantes croatos han mantenido su fe Católica soportando por ella persecución por siglos a manos de los turcos y después de los comunistas. Su fe esta fuertemente arraigada en el conocimiento del poder salvador de la cruz de Jesucristo. Ellos saben que los programas del mundo, aunque sean programas humanitarios, de desarme o de paz, por si mismos solo proveen beneficios limitados. ¡La fuente de la salvación es la cruz de Cristo!

Este pueblo posee una gran sabiduría que han sabido aplicar al matrimonio y a la familia. Ellos saben que el matrimonio esta indisolublemente unido a la cruz de Cristo. Según la tradición croata, cuando una pareja se prepara para casarse, no les dicen que han encontrado a la persona perfecta. ¡No! En vez, el sacerdote dice: "has encontrado tu cruz. Es una cruz para amarla, para llevarla contigo, una cruz que no se tira sino que se atesora" En Herzegovina la Cruz representa el amor mas grande y el crucifijo es el tesoro de la casa.

Cuando los novios van a la iglesia traen el crucifijo con ellos. El sacerdote bendice el crucifijo. Cuando llega el momento de intercambiar sus votos, la novia pone su mano derecha sobre el crucifijo y el novio pone su mano sobre la de ella, de manera que las dos manos están unidas a la cruz. El sacerdote cubre las manos de ellos con su estola mientras proclaman sus promesas, según el rito de la Iglesia, de ser fieles el uno al otro, en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, hasta la muerte. Acto seguido los novios no se besan sino que ambos besan la cruz. Los que contemplan el rito pueden comprender que si uno de los dos abandona al otro, abandona a Cristo en la Cruz.

Después de la ceremonia, los recién casados llevan el crucifijo a su hogar y lo ponen en un lugar de honor. Será para siempre el punto de referencia y el lugar de oración familiar. En tiempo de dificultad no van al abogado ni al psiquiatra sino que van juntos ante la cruz en busca de ayuda de Jesús. Se arrodillaran y lloraran y abrirán sus corazones pidiendo perdón al Señor y mutuamente. Van a dormir en paz en el Corazón porque han recibido perdón del único que tiene poder para salvar. Ellos enseñaran a sus hijos a besar la cruz cada día y no irse a dormir como los paganos, sin dar gracias primero a Jesús. Saben que Jesús los sostiene en Sus brazos y no hay nada que temer.


La fuerza y el amor están en Dios.

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